La “Traída de la Virgen de Tíscar” o traslado de la imagen de Nuestra Señora de Tíscar desde su Santuario a la Parroquia de San Pedro y San Pablo de Quesada, en la tarde del primer sábado de Mayo. Precedida de una larga caravana de coches y carrozas adornadas con ramas de pino, romero y flores, llega en su carroza de viaje la imagen de la Virgen a Las Higuerillas, desde allí la llevan a hombros hasta la Cruz del Humilladero. Las andas de viaje vienen cubiertas con un guardapolvo que se retira entre los aplausos de todos los circunstantes, emocionados al contemplar un año más la imagen de la Virgen y del Niño. Miles de voces al unísono, quebradas a veces y amasadas con lágrimas cantan la “Salve Popular” toledana. Tintinean las campanas de plata y nubes de pétalos multicolores, arrojados al paso desde los balcones, acarician las filigranas del dosel que cubre las imágenes de la Virgen y el Niño. Al son de la Marcha Real, de cara a los fieles, entra la Virgen de Tíscar en el templo parroquial de Quesada. De nuevo se canta la “Salve” mientras niñas y jóvenes vestidas de patanas, rodean la imagen para presentar sus ofrendas de flores y albahaca.
TRAIDA
EN LA CONMEMORACION DE SU 50º ANIVERSARIO
La “Despedida de la Virgen de Tíscar” tiene lugar en la madrugada del 29 de Agosto. Después de una misa votiva en honor de la Virgen, se lleva en procesión su imagen en itinerario inverso al de “La Traída”, hasta llegar al amanecer a la Cruz del Humilladero. Esta vez las campanillas de plata, y los vítores, y los cirios vacilantes tienen un matiz de tristeza y nostalgia.